3 diciembre 2024

“Gladiator 2”, de Ridley Scott: ¿Una broma de mal gusto?

Cada semana, nuestros críticos de cine analizan una de las películas recién estrenadas. Hoy, Ridley Scott regresa a la arena con *Gladiator 2*, una secuela que ha dejado escépticos a Marie Sauvion y Samuel Douhaire.

Un éxito insuperable

En el año 2000, Ridley Scott marcó un hito en la taquilla con *Gladiator*, logrando cerca de cinco millones de entradas vendidas solo en Francia y llevándose cinco premios Óscar, incluido el de Mejor Película.

Pero ¿era realmente necesario imaginar una segunda parte? Para Scott, de 86 años, la respuesta es un rotundo sí. El director, que parece no temer ni a Napoleón ni a los Bee Gees (actualmente está preparando un biopic sobre ellos), decidió dar vida a esta secuela. Sin embargo, para nuestros críticos, el guion no está a la altura del desafío.

Más de lo mismo, pero con efectos cuestionables

“La trama sigue prácticamente el mismo esquema que la primera película: un personaje con una trayectoria similar”, señala Samuel Douhaire. Sin embargo, esta vez, el relato está saturado de efectos especiales que, según Marie Sauvion, “son cada cual más feo que el anterior”. Una decisión que parece buscar justificar los **300 millones de dólares** invertidos en el presupuesto.

Libertades históricas y tiburones en el Coliseo

Otro punto criticado es la falta de rigor histórico. Douhaire no se contiene al señalar los anacronismos: “¿Tiburones en el Coliseo? ¿De verdad?”. Según él, esta decisión resta seriedad a una película que, en teoría, debería mantener la épica que caracterizó al original. “Todo esto no parece muy serio”, comenta con ironía.

La luz al final del túnel: Paul Mescal

La actuación de **Paul Mescal** es quizás el único elemento que aporta frescura a la película. El actor, que ya demostró su talento en *Aftersun* y *Sin malos rollos*, parece cómodo en su primer gran éxito comercial. “Se luce con sus músculos, está encantado, y la faldita le sienta de maravilla”, bromea Sauvion. Sin embargo, incluso su actuación no logra salvar esta secuela de la mediocridad.

En definitiva, *Gladiator 2* intenta maximizarlo todo, como apunta irónicamente el propio Ridley Scott, pero en el proceso pierde la esencia que convirtió a su predecesora en un clásico.

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